Viajar por España descubriendo rincones con encanto, pueblos mágicos, diversidad cultural y nuestra propia historia es algo que todos deberíamos hacer de vez en cuando. Es fantástico poder coger un avión y plantarte en Alemania, Rusia o China en cuestión de horas y aprender así culturas diferentes, pero en nuestro país contamos una fantástica variedad cultural y riqueza histórica que muchos no conocemos todavía y que tenemos al alcance de la mano. Hoy, hablaremos de dos pueblos unidos a través de los siglos que merecen especial mención: Úbeda y Baeza.
Hablamos de dos municipios de la provincia de Jaén, en el noreste de la comunidad andaluza, que cuentan con un legado monumental impresionante, de hecho, fueron declaradas en 2003, ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Uno de los puntos más positivos de estas ciudades que suelen ser visitadas juntas, es que no se encuentran en un punto turístico predominante, lo que hace que la aglomeración de gente sea mínima y, por ende, no pierdan su magia medieval en pro de un aluvión de visitantes.
Úbeda
A la entrada de la ciudad, no demasiado alejado del Caso histórico, encontraremos la primera obra de arte arquitectónica, el Hospital de Santiago, de Andrés de Vandelvira. Se edificó como hospital para pobres, iglesia, panteón y palacio, de ahí su magnificencia.
Según la web Visita Úbeda y Baeza, el palacio perteneció a la familia Cobos-Molina y fue construido en el siglo XVI por el cantero Jorge Leal, bajo la dirección de Vandelvira.
Levantada sobre lo que antes era el Alcázar, encontraremos la Plaza Vázquez de Molina, una de las plazas renacentistas más bellas de España configurada por una serie de monumentos, presididos por la Sacra Capilla de El Salvador. El mayor mausoleo civil construido en España.
El Ayuntamiento de Úbeda se ubica actualmente en el Palacio Vázquez de Molina, un palacio renacentista, y justo frente a él, la Basílica y Real Colegiata de Santa María de los Alcázares, un monumento nacional que fue prácticamente derruido en la Guerra Civil y que se abrió al público en 2011, después de su restauración.
Otro fantástico espacio que no podemos perdernos es la Sinagoga del agua, datada del siglo XIV, perfectamente conservada. Ese enclave nos ayuda a comprender cómo era la vida de la comunidad judía en tiempos de persecución.
Baeza
La Catedral de Baeza, también nacida de la mente de Andrés de Vandelvira, fue uno de los primeros edificios renacentistas edificados en la España de Carlos V. Pero si hay algo que llama potencialmente la atención de cualquier turista son las plazas de esta localidad, la plaza de El Salvador de Úbeda y la plaza de Santa María de Baeza, un rincón monumental donde hay que hacer una parada obligatoria.
En el centro de la plaza encontraremos un adorno que data de 1567, se trata de una fuente clásica que emula los arcos romanos de triunfo y que completa un paisaje cuyo fondo cierran las Casas Consistoriales, antiguo palacio de los Cabrera.
No muy lejos, bajando por la Cuesta de San Felipe Neri, se levantan dos monumentos más que añadir a la larga lista: la Iglesia de Santa Cruz, románica, y el Palacio de Jabalquinto. Este palacio, cuya fachada imponente y ornamentada obliga a los transeúntes a mirar hacia arriba, fue levantado a finales del siglo XV.
Ahora bien, si quieres vivir una experiencia de inmersión total medieval, no puedes perderte la Plaza de Los Leones, repleto de monumentos que guardan historias de íberos, cartagineses, romanos, árabes, caballeros medievales, humanistas y guerreros del Renacimiento.
Y, por supuesto, no podemos perdernos la visita al Palacio de los Obispos, ubicado en la calle San Juan Bautista. Cuenta con un patio amplísimo y cuatro edificaciones. En el ala principal destacan dos portadas gemelas adinteladas, enmarcadas por pilastras y rematadas con un frontón curvo partido. Dentro encontraremos dependencias divididas en militares (cuartel de Caballería), sociales (Correccional de mujeres) y culturales (Centro de Congresos del Instituto de la mujer en la actualidad).
En resumen, se trata de dos municipios llenos de magia a los que, por suerte, aún no ha llegado la horda de turistas que sí podemos ver en otros lugares como Córdoba o Granada.