Me llama mucho la atención hablar con la gente y que todavía no sepa muy bien de qué va eso del certificado energético. La ignorancia es grande, pero pienso que porque no se ha sabido trasmitir bien la importancia. Muchas personas piensan que es un simple hecho para recaudar dinero por el Gobierno, pero no es así. Creo que si se explicara bien, se entendería que es un bien que se hace para todos. Os voy a contar la situación.
La ley entró en vigor de manera obligatoria el 1 de junio del año 2013. Es decir, que casi tres años después seguimos igual. Sin saber por qué. El mayor inconveniente que ven los ciudadanos, es el precio del certificado energético (CEE), el cual se ve como una medida puramente recaudatoria. Dicen que lo hizo el Gobierno de Mariano Rajoy para meter dinero a las maltrechas arcas. Mentira. Es una directiva que llega impuesta desde Europa. Todos los países de la Unión ya lo habían implantado mucho antes. España lo hizo con retraso, motivo por el cual Europa nos fijó una fecha límite de aprobación de la ley a día 1 de enero de 2013. Y claro, como fue en junio, pues sanción al canto.
El certificado consiste en que los propietarios que quieren vender o alquilar están obligados a pagar a un técnico para que le realice la certificación energética, conseguir la etiqueta energética oficial e incluirla en su anuncio inmobiliario a las personas interesadas. Para ello te tienes que poner en contacto con empresas como Certificados Energéticos Barcelona, que por algo más de 65 euros te lo consigue.
La idea es que al estar los ciudadanos más informados sobre la eficiencia energética de los inmuebles, las personas prefieran alquilar viviendas con mejor calificación para ahorrar energía, y los propietarios que tengan inmuebles poco eficientes se animen a reformarlos para que consuman menos. Personalmente creo que es una ventaja respecto a la situación anterior.
Los propietarios tienen también que estar contentos porque aunque pagan, sus inmuebles adquieren una mejor calificación, esto les hará ser más atractivos y conseguirán venderse o alquilarse en menos tiempo. ¿No crees?
Sanciones
Hay que recordar que no todos los pisos están obligados a tener este certificado. Se limita a edificios frecuentados por el público a partir de una superficie mínima: 250 m2 para aquellos ocupados por autoridades públicas y 500 m2 para los de titularidad privada. Pero esto no tiene nada que ver con el hecho de incluir la etiqueta en una oferta. Y ojo que como no lo hagas, se considera infracción muy grave y llevan asociadas multas de entre 1.001 a 6.000 euros. Así que yo que tú me lo pensaba.
Por lo tanto es muy útil para aquellos propietarios de viviendas o locales que quieran que su inmueble sea visible al público para venderlo o alquilarlo. En resumen, si solicitas el certificado energético y tienes una buena calificación de tu vivienda, entonces ésta será más atractiva y se venderá mejor, en caso contrario, te aconsejarán que hagas una pequeña reforma para conseguir ahorrar energía cuando uses las instalaciones de la vivienda. Por eso creo que siempre hay que analizar las noticias y no quedarte en la monda de la naranja.