Se acerca la época de las vacaciones y es posible que a muchos de nosotros nos haya pillado el toro con la organización o simplemente estuviésemos esperando a ver si cobrábamos alguna paga extra o alguna factura pendiente en caso de los autónomos, porque ya se sabe que en España todavía son muchas las familias que no pueden permitirse una escapada con su economía habitual.
Pues bien, para todos aquellos que hayáis llegado tarde a la organización de las mismas pero que sin embargo si hayáis previsto ese gasto, vamos a daros una buena idea para preparar estas vacaciones sin ir muy lejos, cerca de España y en uno de los lugares más maravillosos del Mediterráneo: Cerdeña. Eso sí, vamos a cambiar la perspectiva del viaje que muchas empresas turísticas os ofrecen. Lo vamos a hacer en barco, ya que no hay mejor forma de disfrutar de este rincón de la Tierra donde las aguas que bañan la isla se tiñen de un característico color esmeralda que da nombre incluso a una parte de su costa.
Y es que normalmente la manera típica en la que gente y los operadores turísticos te recomiendan recorrer Cerdeña es en coche. De hecho, son muchos los ferris que salen de España, de Barcelona especialmente, y te dejan allí con el vehículo. O se puede también ir en avión y después alquilarlo una vez en tierra, en el propio aeropuerto. Es curioso además ver cómo en un aeropuerto tan pequeño como es el de Alghero se llenan las taquillas de los rent a car de la zona en vez de los internacionales con gente avisada sobre la increíble diferencia de precio que allí hay.
Pues bien, otra de las opciones que tenemos y que a priori no tiene por qué ser tan cara como parece es la de ir en barco. Debemos pensar que ir en este tipo de transporte a recorrer la isla no tiene por qué ser una cosa de dos, sino que podemos coger un yate un poco mayor y compartirlo con algunas parejas de amigos, de forma que al final las vacaciones no salgan por un precio similar que el esas personas que han de pagar avión, alojamiento, coche, gasolina y excursiones a las islas. Nosotros los llevamos todo incluido, ya que allí podemos dormir y es a la vez nuestro medio de transporte.
La ruta por la isla
Una vez lo hemos preparado todo y tenemos también provisiones para esos días navegando, debemos partir con una ruta establecida para saber que así no nos dejamos nada. Lo mejor es comenzar por Alghero, al oeste de la isla, una ciudad medieval que nos encantará por sus preciosas calles de estilo mediterráneo y también por su empedrado. Aquí encontraremos playas para bañarnos y lugares preciosos donde comer y cenar platos típicos tanto de Italia como de España, ya que no hay que olvidar que los orígenes de este lugar se remontar a la Corona de Aragón, lo que hace que incluso en muchos lugares nos podamos entender también en catalán.
Rodeando a la isla hacia al norte llegaremos a la famosa península de Stintino, conocida por su increíble y larga playa de arena blanca y agua cristalina. Es uno de los lugares más concurridos de la isla durante los meses de buen tiempo, tanto por turistas como los propios lugareños, por lo que la perspectiva desde el yate para probar sus aguas será estupenda.
Siguiendo hacia el este de la isla, hay lugares muy recomendables que al recorrer la costa se pueden ir viendo con el yate para decidir dónde atracar y qué zona visitar. La localidad de Castelsardo es preciosa si nos va todo lo relacionado con lo medieval y tiene además un gran ambiente nocturno si queremos salir de marcha. Y después de esta vienen unas playas muy bonitas, como la playa Rosada, que recibe este nombre con el característico color de su arena.
Ya en el este, no podemos dejar de recorrer el archipiélago de la Magdalena, la parte ya más noble o rica por así decirlo de la isla. Aquí nos encontraremos con Porto Cervo, un exclusivo pueblo donde nuestra embarcación se verá pequeña, hagamos lo que hagamos, y donde están todas las tiendas de lujo y restaurantes de lujo, así como la famosa discoteca de Flavio Briatore, el Billonaire.
Y desde aquí podemos bajar hasta Cagliari disfrutando de algunas de las calas que son inaccesibles si vamos en coche por la isla, por lo que será un lujo el haber llevado el habernos decantado por el barco.