¿Cómo conseguir una verdadera imagen de la realidad?

Vivimos en una sociedad en la que, en lo que a medios de comunicación se refiere, se ha degradado en una gran medida para desgracia de todos aquellos y todas aquellas que han defendido hasta la extenuación la dignidad y el sentido último de la profesión más antigua del mundo, que no es la que muchos de vosotros estáis pensando sino la del periodismo, la de contar cosas.

En efecto, y entrando ya en materia, somos muchos los que defendemos que es necesario un cambio (y de manera urgente) en la profesión. No puede ser que los medios de comunicación que se catalogan a sí mismos como referencias busquen el espectáculo y el morbo en nuestra sociedad, muy por encima de la objetividad, el rigor y la profesionalidad que son tan necesarias para desempeñar esta profesión.

Lo que perciben los lectores, los espectadores de los telediarios, los oyentes de una emisora, depende en una gran medida de cómo trabaja el periodista. Y en este sentido hay todavía mucho más que mejorar. Un artículo publicado en el diario El País el 1 de mayo de 2014, titulado “Una mirada crítica a nuestro periodismo”, refleja la realidad de dicha afirmación. En él, Víctor Lapuente Giné diferencia lo que él entiende como el periodista-sacerdote (aquel que “interpreta las palabras de los dioses para transmitírselas a los mortales) de un periodista-detective que es el que “trabaja de abajo hacia arriba” para “tirar del hilo”.

Por desgracia, el primer tipo de periodista del que habla Lapuente Giné es del que más adolece un país como España. En Europa la tendencia es radicalmente opuesta a la nuestra y es por ello por lo que las noticias se presentan de una manera muy diferente a como lo hacen en nuestro país. En consecuencia, la imagen que se desprende de la prensa española y la de otras naciones europeas difiere una auténtica barbaridad.

Pero vayamos a lo que de verdad importa, a lo que va más allá de simples imágenes corporativas. Resulta evidente que, cuanto peores son los periodistas de un país, menos capacidad tienen los consumidores de obtener una imagen de la realidad que sea un fiel reflejo de la misma. Teniendo en cuenta esta teoría, resulta evidente que muchos españoles tienen un serio problema a la hora de enfrentarse a la realidad. Y los periodistas son los principales responsables de ello.

Un libro, la herramienta ideal

En vistas de que conseguir una verdadera imagen de la realidad es completamente imposible teniendo en cuenta lo que transmiten los medios de comunicación en la actualidad, es necesario recurrir a otro tipo de información. Y es que ver la televisión, escuchar la radio o leer los periódicos no es lo mismo que, por ejemplo, leer un libro en el que se nos presente la vida y la sociedad actual de una manera completamente diferente: alejada de presiones, de tergiversaciones y de demás contaminaciones de información.

Existe, por suerte, una buena variedad de editoriales que se encargan de proporcionar el verdadero conocimiento social del que deben proveerse los ciudadanos. Algo que no tiene nada que ver con el periodismo actual y que sí se caracteriza por el rigor, la realidad y, sobre todo, por el compromiso con la verdad. Una de las editoriales que se encuentra en esa lucha no es otra que Ediciones Aljibe, un medio del que obtener la información más detallada, más precisa y más real de cualquiera de los aspectos de la realidad.

Ediciones Aljibe se ha convertido en una auténtica referencia en lo que se refiere a proveer de información a sus clientes. No en vano, acumula 25 años de experiencia en una situación así, por lo que son pocos todos aquellos que pueden realizar una labor mejor que unos profesionales perfectamente preparados y capacitados para llevar a buen puerto una labor de la importancia de proveer de la mejor información a los ciudadanos.

Es cierto que el pasado ya no se puede cambiar. Pero lo que sí se puede hacer es aprender de los errores cometidos durante ese periodo para tratar de corregirlos de cara al futuro. Es la labor que trata de desempeñar una entidad como Ediciones Aljibe, que está comprometida al cien por cien para tratar de conseguir ese objetivo tan complicado y a veces tan utópico como es el de certificar con total seguridad que todos y cada uno de los ciudadanos que conforman este país están perfectamente informados y son plenamente conscientes de la realidad en la que se mueven.

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