Desde que se emitió por televisión española, allá por el año 1978, la célebre y popular serie “Cañas y barro” protagonizada, entre otros, por la famosa actriz Victoria Vera, y basada en la novela del mismo nombre escrita por el valenciano Vicente Blas Ibáñez, ambientada en la Albufera de principios del siglo XX y que se rodó justamente en tierras de la propia Albufera de Valencia, y ahí fue cuando quedé prendada de sus escenas exteriores, de su precioso e idílico paisaje y me prometí a mí misma que alguna vez iría a visitar y conocer ese maravilloso lugar. Y por fin llegó ese día que tenía pendiente en mis planes, junto con mi pareja planeé el inicio de un recorrido por la Albufera, uno de los puntos turísticos más interesantes de la Comunidad Autónoma de Valencia.
La palabra albufera, según unos autores proviene de la lengua griega con un significado de laguna que se sitúa cerca del litoral, mientras que otros autores manifiestan que tiene su origen en la palabra árabe al-buhayra que significa pequeño mar, ya que se trata de una laguna litoral separada del mar por una estrecha lengua de tierra formada por depósitos sedimentarios. Pero sea una palabra árabe o griega, la Albufera es un espacio natural con un alto valor ambiental y paisajístico, cuyas condiciones excepcionales para el ecosistema, la fauna y la flora merecen una especial protección por lo que en el año 1986 fue declarada Parque Natural por la Comunidad Valenciana incluyendo en esta denominación la Albufera propiamente dicha, su entorno húmedo y el cordón litoral adyacente a ambos.
Esta ruta está recomendada para realizar en bicicleta o en coche, al menos hasta las Dunas del Dosser, puesto que fue hasta aquí hasta donde llegamos con nuestro coche y no pudimos continuar. No fue culpa del itinerario, sino que la mala suerte hizo que se estropeara la junta de la culata del vehículo, por lo que, apretados por la economía, la gente del lugar nos habló de Grupo Holland Ibérica de Automoción, una empresa de importación de motores y culatas reconstruidos para motores industriales, furgonetas y turismos, por lo que pudimos salvar el viaje gracias a ellos, de ahí que os los recomiende, puesto que, en pocas horas, nuestro coche rugía como nuevo.
Ya en plena Albufera nos encontramos con un lugar reunía las siguientes características:
- Es uno de los humedales costeros más representativos de la Comunidad Valenciana y de toda España, reconocida desde el año 1989 como “Humedal de importancia internacional”.
- El parque natural abarca una superficie de 21.120 hectáreas.
- La profundidad media de la laguna es de un metro,
- La albufera comprende seis islotes llamados Matas que albergan una rica vegetación y que se denominan Mata del Fang, Mateta de Baix, Mata de la Barra, Mata de l´Antina, Mata de San Roc y Mata del Rey.
- El Marjal comprende las tierras que antes formaban parte de la laguna y ahora se destinan al cultivo del arroz, calculándose que constituyen unas 14.000 hectáreas las destinadas a su cultivo, un uso tradicional que data aproximadamente del siglo XVII y que tiene una gran importancia económica, por ser la mayor extensión de España dedicada a este cultivo, y medioambiental por servir de filtro a la laguna y de despensa de sustento para las aves y pequeños invertebrados que habitan estas aguas.
- Forma parte de la Red Natura 2000, siendo declarada en 1990 Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) por la gran riqueza de especies de aves que anidan en su extensión, por la importancia de su población y por el paso de aves migratorias como el ánade azulón, el pato colorado, la garcilla cangrejera, la garza imperial, la cigüeña común, la cerceta pardilla, etc.
- Desde el año 2001 es “Lugar de Importancia Comunitaria” (LIC) basado en la Directiva de Hábitats, que tiene por objeto la conservación de lugares ecológicos que sean hábitats naturales de especies de fauna y flora que por su rareza o valor ecológico desempeñen un papel fundamental en el ecosistema.
- Comprende los municipios de Valencia, Alfafar, Sedaví, Massanassa, Catarroja, Albal, Beniparell, Silla, Sollana, sueca, Cullera, Albalat de la Ribera y Algemesí.
La gastronomía es incomparable
Y como no podía faltar en esta ruta por la Albufera valenciana al final del día nada mejor que degustar tranquilamente el típico plato valenciano, una exquisita paella, bien cocinada a fuego lento con su arroz bomba, su conejo bien troceadito, su pollo, las judías verdes de la huerta, el tomatito, una ramita de romero, ajo, pimentón y por supuesto un buen chorrito de aceite de oliva.