Hace unos meses nació mi sobrino Jesús y al ser el primer nieto y sobrino de la familia tenemos claro que va a ser un mimado, al menos por ahora. A sus padres eso les preocupa un poco pero a mí no porque soy la tía y mi labor es malcriar a mi sobrino. El caso es que quería hacerle un regalo muy especial a mi hermana y como soy muy mañosa decidí que el mejor regalo que podía hacerles es decorar la habitación del recién llegado a casa. Empecé por lo típico, pero luego acabé haciendo algo muy original que quedaría genial para personalizar casi para cualquier estancia. Os cuento un poco más…
Para decorar una habitación infantil debemos pensar en los pasos más básicos que vamos a dar y en las herramientas que vamos a usar para tener a mano todo lo necesario y no perder demasiado tiempo buscándolo. Tenedlo claro y proveeros de todo. Yo compré lo que necesitaba en esta ferretería barata online. Luego pensad que vais a necesitar pintura de pared, que es el primero paso, así que elegid bien el color. Lo más típico es el rosa y el azul pero yo, como no soy típica, opté por el color amarillo claro, tipo crema, y un gris perla precioso.
Paso 1: las Paredes
La pared frontal la pinté al completo de gris perla, porque tenía en mente poner ahí algo muy especial. Las otras tres pareces las dividí en tres tercios y pinté los dos inferiores de amarillo-crema. Luego, en la línea divisoria entre ambos colores (el blanco que ya había y el amarillo que había puesto yo), pegué una cenefa vinílica con dibujos de ositos muy graciosos que combinaba perfectamente con los tonos elegidos.
Paso 2: Iluminación
Lo mejor que podemos hacer es seguir la temática que hayamos elegido para las paredes que, en mi caso, eran los ositos. Visité el Leroy Merlín, Ikea, tiendas de barrio, e incluso las tiendas especializadas en mobiliario infantil que suelen ser carísimas y, al final, me quedé con una lámpara de techo de Leroy Merlín con forma de osito de Tous en color blanco monísima que, encima, era una de las más baratas que había visto.
Paso 3: Decoración
Debemos decorar un poco las paredes, pero sin pasarnos porque tampoco queremos recargar la estancia. Lo que yo hice fue poner un par de cuadros de dibujos en el tercio superior de color blanco de la pared donde iba a ir ubicada la cuna y, en la pared gris de enfrente, coloqué el «elemento estrella».
Paso 4: Punto Focal
El punto focal o «elemento estrella» que yo quería crear era muy sencillo: el nombre de mi sobrino en letras blancas con una buena iluminación que pudiera variar su intensidad según las necesidades de mi hermana. En otras palabras, quería algo que permitiera poner una luz tenue para dormir y una luz potente si mi hermana necesitaba aumentar la luminosidad en la habitación.
Encargué las letras (J, E, S, U, S) en Rótulos de Corcho, en un tamaño de 30 centímetros de alto y 8 centímetros de grosor, y las pegué sobre una base de madera contrachapada. Con pintura de imprimación, di una capa tanto a la madera como a las letras para que todo tuviera el mismo acabado y luego pinté, sobre esa imprimación, en color blanco. Colgué el nombre de mi sobrino de la pared poniendo unos topes de madera, tipo tapón de corcho de botella de vino, para que quedara todo un poco separado de la pared y luego, entre la pared y el nombre, colgué una tira de luces led blanca con intensidad graduable de luz.
Me quedó de lujo. No es porque lo haya hecho yo, pero tengo que decir que quedó realmente precioso y me di cuenta de que algo tan sencillo como eso puede dar un toque de personalidad a estancias como pasillos oscuros, dormitorios, salas de estar, etc. Si en lugar de poner el nombre de alguien, como mi sobrino, utilizamos palabras como “Home”, “Love” e incluso frases cortas como “Sweet Home” o “Love Forever”, puede ser perfecto para la entrada de casa. De hecho, estoy pensando en hacer algo así para mi casa porque, os aseguro, que es un elemento decorativo que queda genial en cualquier ambiente. ¿Os animáis a probar? ¡Mandadme vuestras fotos!