Queda inaugurada la Navidad. Y no es porque haya ya turrones en los supermercados, (eso creo que lo hay desde agosto); ni porque las luces de las ciudades ya estén iluminadas (luego quieren que ahorremos de otras cosas), no. La Navidad queda inaugurada cuando la Lotería de Navidad hace público su anuncio. Ese spot con el que nos llena de ilusión para poder creer en que el 22 de diciembre se nos van a acabar los problemas. Aunque al que se le acaban es a Hacienda, desde que se lleva parte de los premios.
Pues bien esta año el anuncio vuelve a ser emotivo, bueno yo diría que lacrimógeno. Y claro, esto comienza ya a no gustar. Supongo que lo habrás visto. Se trata de una anciana profesora de un pueblo de Asturias, que por error confunde el día de la lotería de Navidad, y se piensa que le ha tocado el Gordo, cuando realmente estaba viendo los números del año pasado. La mujer no cae en el error y se lo comienza a contar a toda su familia y al pueblo.
Sus hijos y los vecinos del pueblo, por cierto se ha grabado en Lastres donde el famoso Doctor Mateo, están tan ilusionadas con la mujer Carmina que no se lo dicen. Unos tras otros van haciendo la bola más grande hasta que todo el pueblo es cómplice de la mentira. Incluso al final, cuando los hijos se lo van a decir, ella responde que lo importante es que el décimo lo tengan ellos. Vamos, que esa mujer cuando se levantara al día siguiente, no le iba a gustar nada lo que vio.
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Después de su visionado te deja un mal cuerpo. En mi opinión se trata de llorar por llorar. Una vez más Lotería de Navidad lo quiere hacer. Ya lloramos hace dos años con el famoso Antonio el del bar que se le olvidó coger el décimo y el camarero se lo guardó. El año pasado, tres cuartos de lo mismo, con Justino el vigilante. Pero claro, es que el Gordo es vender ilusión, no llorar. Por eso en las redes sociales siempre han polémica sobre este caso. Aunque el año que más lo petó fue cuando Montserrat Caballè, Raphael, Bustamante, Marta Sánchez y Niña Pastori casi nos espantan a la Navidad. ¿Lo recuerdas?
Yo soy muy sensible y por eso después de ver el anuncio de la Lotería de Navidad pienso en los míos. Por ejemplo cuando acudo a ver a mi abuela que se encuentra en la residencia Erit de Barcelona pues me recuerda a la Carmina y claro, pienso que cómo la voy a decir la verdad. La veo siempre tan ilusionada que no quiero decirla malas noticias. Prefiero que viva en su mundo.
Son muchos los que dicen que están deseando de qué llegue el famoso Calvo de la Lotería que lo único que hacía era repartir ilusión con sus soplidos. Lo que está claro es que si el día 22 los niños de San Ildefonso cantan el número que tengamos en nuestro décimo, nos va a importar un bledo si el anuncio nos hizo llorar o emocionarnos. Lo único que pensaremos es, como hizo Carmina, en irnos a comernos una buena mariscada. ¿Qué te ha parecido el anuncio de este año?