
Para una boca sana y unos diente blancos y fuertes es necesaria una buena alimentación que incluya proteínas, vitaminas, hidratos, minerales y agua, evitando el consumo de azúcar y grasa. Así, hay que reducir el consumo de alimentos procesados y aumentar el consumo de frutas y verduras frescas, beber agua y hacer ejercicio. Y así lo recomiendan en la clínica